
Cuando escuchas por primera vez la expresión “La Mode Ungender”, puede sonar como una nota de pasarela, un término francés elegante que promete romper las reglas. Pero detrás del eco chic hay una idea potente y accesible: la ropa que no exige una categoría fija de género, que se adapta, que libera. En este artículo quiero llevarte a un viaje conversacional por la historia, la estética, las decisiones sociales y las prácticas concretas de una moda que pretende ir más allá del masculino y el femenino. Te hablaré como si estuviéramos tomando un café, compartiendo observaciones, ejemplos y herramientas prácticas para entender y participar en esta transformación.
La moda ungender no es solo una moda para algunos, ni una tendencia pasajera de revistas; es una respuesta a cambios culturales profundos y a una economía de consumo que busca sentido. Acompáñame a explorar por qué hoy, en un mundo en el que las identidades se pluralizan y el diálogo sobre género se vuelve cotidiano, la moda ungender aparece como una opción estética, ética y comercial. Veremos quiénes la impulsan, cómo se diseña, qué retos enfrenta y, sobre todo, cómo cualquiera puede acercarse a ella desde la experiencia diaria.
¿Qué significa realmente “ungender” en la moda?
Cuando hablamos de “ungender”, no nos referimos simplemente a mezclar prendas “masculinas” con “femeninas” como hacer un look con una chaqueta oversize y unos tacones. La idea va más allá: se trata de diseñar, producir y vender ropa sin asumir de entrada que existe una correspondencia directa entre la prenda y el sexo o identidad del comprador. Es un desplazamiento conceptual: la prenda ya no “dice” quién debes ser, sino que facilita la expresión de quien tú eres.
En el uso cotidiano, “ungender” implica libertad para la talla, la silueta, los cortes y los materiales. También sugiere que la comunicación de la marca —su publicidad, tallajes y la disposición en tienda— no refuerza binarismos. Es, en esencia, una declinación práctica de la afirmación de que la ropa es una herramienta de identidad más que un marcador obligatorio de identidad.
Ungender vs. genderless vs. unisex: matices importantes
Estos términos a menudo se usan como sinónimos, pero conviene distinguirlos. “Unisex” tradicionalmente ha significado una prenda pensada para ser usada por ambos sexos dentro del binario masculino/femenino, a menudo basándose en patrones neutros que pueden favorecer a ciertos cuerpos. “Genderless” suele buscar una estética neutra, eliminando elementos tradicionalmente asociados a un género. “Ungender”, por su parte, pone énfasis en las prácticas: no solo en la estética sino en la forma en que se diseñan y comercializan las prendas para no asumir categorías del comprador.
Entonces, ungender es más práctico y social: cambia procesos (tallas, campañas, probadores), mientras que genderless puede ser más visual, y unisex más histórico y funcional. Entender estas diferencias ayuda a tomar decisiones más conscientes como consumidor o diseñador.
Raíces históricas y culturales de una moda que rompe binarios
La idea de romper la ropa por género no nació ayer. A lo largo de la historia han existido momentos y movimientos que cuestionaron la división estricta entre prendas “de hombre” y “de mujer”: desde los dandis del siglo XIX hasta las andróginas de los años 20, pasando por los movimientos subculturales del siglo XX. Sin embargo, lo nuevo hoy es la convergencia entre avances sociales —como el reconocimiento de identidades trans y no binarias— y cambios en la producción textil y la comunicación globalizada.
En muchas culturas no occidentales, las dicotomías rígidas de género no siempre han existido del mismo modo que en el imaginario occidental moderno. La globalización y la visibilidad de múltiples tradiciones han empujado a repensar lo que consideramos “normal” en un armario. Además, la economía de las experiencias y la búsqueda de autenticidad impulsan a marcas y creadores a responder con propuestas más diversas y flexibles.
Momentos clave en la evolución
Hubo hitos que catapultaron la conversación: desde el power dressing de los 80 que desafió roles laborales, hasta los shows y colecciones de diseñadores que deliberadamente desdibujaron límites de género. Las redes sociales y la cultura influencer aceleraron la difusión de estilos no binarios, y plataformas de venta directa al consumidor permitieron a pequeños creadores experimentar sin depender de la lógica tradicional del retail. Estos incidentes y procesos históricos son lecciones sobre cómo lo estético y lo social avanzan de la mano.
Además, la entrada de la juventud en el debate sobre identidad y la visibilidad de figuras públicas que adoptan looks ungender han normalizado la idea: la moda puede ser un lenguaje que acompaña las transformaciones sociales en tiempo real.
Diseñadores y marcas que han abierto el camino
La moda ungender ha encontrado aliados en diseñadores y marcas que, por convicción o por experimentación, han puesto el foco en prendas que funcionan para diversos cuerpos e identidades. Algunos nombres han sido mediáticos por su capacidad de desafiar convenciones; otros, locales o independientes, exploran soluciones técnicas y culturales con gran impacto.
Es importante reconocer la diferencia entre marketing y práctica real. No todas las campañas “inclusivas” significan que una marca haya modificado su patronaje o tallaje. Sin embargo, existen ejemplos claros de innovación que no solo buscan llamar la atención, sino transformar procesos productivos y comerciales.
Tabla: Ejemplos representativos
Diseñador/Marca | Enfoque | Año/Referente | Característica destacada |
---|---|---|---|
Rad Hourani | Alta costura ungender | 2007 – presente | Siluetas minimalistas y patrones sin género |
Telfar | Accesibilidad y anti-lujo | 2014 – presente | Marketing inclusivo y tallaje amplio |
Harris Reed | Teatralidad andrógina | 2020 – presente | Fusión de órganos históricas y modernidad no binaria |
Eckhaus Latta | Investigación textil y diversidad corporal | 2011 – presente | Castings diversos y prendas multipropósito |
Pequeños talleres locales | Sostenibilidad y personalización | En auge | Modelos a medida y comunicación no binaria |
Esta tabla no pretende ser exhaustiva, pero sí ilustrar cómo distintas aproximaciones convergen: desde la alta costura con pretensiones artísticas hasta marcas que operan con lógica democrática y sostenible. Todas contribuyen a que la moda ungender no sea un nicho sino un campo de experimentación amplio.
Estética, siluetas y lenguaje visual
Una de las preguntas más comunes es: ¿cómo se ve la moda ungender? La respuesta es variada porque la estética ungender no es un único estilo, sino una familia de soluciones. Puede incluir siluetas oversized, cortes rectos, tejidos neutros y detalles que no se asocian exclusivamente a un género; pero también puede incorporar ornamentos, colores y texturas con libertad, sin temor a clasificar.
Lo esencial es que las piezas permitan movilidad, comodidad y opciones de ajuste. Algunas prendas incorporan elementos modulables —cinturas ajustables, dobladillos convertibles, piezas desmontables— que facilitan adaptarlas a cuerpos diversos. En la comunicación visual, el uso de modelos de distintas identidades y cuerpos es clave para que el mensaje de inclusión sea auténtico.
Materiales y detalles técnicos
Los materiales juegan un papel importante: tejidos con caída neutra, mezclas que ofrecen estructura sin rigidez, elastanos en lugares estratégicos para adaptabilidad, y acabados que resisten un uso diverso. Los patrones se replantean: se buscan piezas con amplitud en torso y cadera, mangas y hombros pensados para distintos anchos y longitudes intercambiables. Estas decisiones técnicas tienen implicaciones en costos y sostenibilidad, pero también en la accesibilidad real de la prenda.
El uso de indicadores universales de talla, tablas de medidas claras y guías de estilo ayudan a que la experiencia de compra sea menos dependiente de etiquetas de género, lo cual refuerza el propósito ungender de una forma práctica.
Consumidor, retail y comunicación: cambiar la experiencia de compra
Una cosa es crear prendas sin género y otra es venderlas de forma que la experiencia respete esa intención. Las tiendas físicas, los e-commerce y el marketing deben alinear sus prácticas: desde la disposición de la ropa en percheros hasta la información de talla y la forma en que se muestran modelos en las campañas.
Muchas marcas digitales han adoptado filtros por medidas y estilos en lugar de por género, han eliminado etiquetas en productos y han ofrecido asesorías de estilo personalizadas. En tienda física, separar la ropa por estilo o uso (trabajo, ocio, deportes) en lugar de por “hombre” o “mujer” puede transformar la percepción y facilitar descubrimientos. Estas decisiones no solo son simbólicas; inciden en las ventas y en la fidelidad del cliente.
Listas: Buenas prácticas para retail ungender
- Etiquetado por medidas precisas y no por género.
- Fitting rooms inclusivos y opciones de asesoría personal.
- Campañas con diversidad corporal y de identidad.
- Políticas de devolución claras que no penalicen por talla equivocada.
- Formación del personal para evitar prejuicios en la atención.
Implementar estas prácticas es un proceso que requiere cambios organizacionales, formación y, en algunos casos, un replanteo logístico. Pero los beneficios —mayor alcance, mejor relación con clientes y coherencia de marca— suelen justificar la inversión.
Sostenibilidad y producción: una oportunidad para repensar
La moda ungender y la sostenibilidad tienen puntos en común: ambas cuestionan modelos de producción masiva y el consumismo acelerado. Diseñar prendas pensadas para más cuerpos y más usos puede reducir la obsolescencia y fomentar un consumo más racional. Por ejemplo, una chaqueta que funciona para múltiples identidades y contextos tiene más probabilidades de ser utilizada por más tiempo y por más personas.
Sin embargo, existe la trampa del “greenwashing” o “inclusive washing”: marcas que usan el discurso ungender como estrategia de marketing sin cambios reales en su cadena. La consistencia entre mensaje y práctica es vital: materiales responsables, condiciones laborales justas y transparencia en el tallaje son señales de un compromiso auténtico.
Tabla comparativa: impacto potencial
Práctica | Impacto en sostenibilidad | Desafío |
---|---|---|
Diseño multipropósito | Reduce consumo y residuos | Requiere I+D y cambios en patrón |
Tallas inclusivas | Mejora reutilización y satisfacción | Aumenta stock y gestión de inventario |
Transparencia de cadena | Mejora ética y confianza | Costos y complejidad de auditoría |
En resumen, la moda ungender puede ser una palanca poderosa para una industria más sostenible si se integra con prácticas de producción responsable y una visión a largo plazo.
Cómo vestirse ungender: consejos prácticos para el día a día
Si te interesa adoptar un enfoque ungender en tu armario, no necesitas un cambio radical de inmediato. Hay pasos sencillos que transforman la manera en que interpretas la ropa y cómo te presenta al mundo. Lo importante es experimentar y priorizar comodidad y coherencia con tu identidad.
A continuación ofrezco herramientas prácticas para empezar a construir un armario más flexible, con ejemplos concretos y decisiones fáciles de incorporar en la rutina.
Lista: Estrategias para un armario ungender
- Revisa tu ropa desde la funcionalidad: ¿qué piezas usas regularmente y por qué?
- Incorpora básicos de corte neutro: camisetas, camisas, pantalones con caída y chaquetas estructuradas.
- Prueba tallas distintas a las que sueles elegir; la forma y la caída pueden cambiar la percepción del look.
- Añade accesorios que personalicen: cinturones, bufandas, joyería que hablen de ti.
- Compra menos y con criterio: prioriza prendas que puedas combinar de múltiples maneras.
- Apóyate en tiendas que ofrezcan tallas guiadas y asesoría para encontrar el ajuste ideal.
Con paciencia y curiosidad, descubrirás que muchas prendas que antes creías “no para ti” pueden convertirse en las piezas favoritas de tu armario con pequeños ajustes.
Retos, críticas y preguntas abiertas
Ninguna transformación está exenta de críticas legítimas. Algunas preguntas que suelen aparecer incluyen: ¿la moda ungender beneficia realmente a las personas trans y no binarias o es una tendencia capitalista que mercantiliza su identidad? ¿Qué pasa con la diversidad de cuerpos cuando las marcas proponen “tallas universales”? Estas son preguntas válidas que exigen respuestas y responsabilidad.
Otro reto práctico es la industria: adaptar patrones, inventarios y puntos de venta implica costos y cambios operacionales. Para muchos actores pequeños esto puede ser una barrera; para grandes marcas, la resistencia puede ser cultural o estratégica. Resolver estos problemas requiere diálogo, política empresarial y presión del mercado.
Preguntas éticas que vale la pena plantear
Entre las cuestiones que debemos seguir discutiendo están la representación real (no solo en publicidad), la inclusión en puestos de decisión creativa, la protección de derechos laborales en la cadena de suministro y la rendición de cuentas frente a consumidores y activistas. La moda ungender puede ser un motor de cambio, pero solo si se acompaña de compromiso y coherencia.
Otro tema es la apropiación cultural: en el afán por innovar, diseñadores y marcas deben ser cuidadosos y respetuosos con símbolos y prácticas de otras culturas, evitando descontextualizarlos o explotarlos sin reconocimiento ni beneficio para sus comunidades originarias.
Mirando hacia adelante: tendencias y posibilidades
El futuro de la moda ungender parece promisorio y plural. Desde la integración de tecnología (tallas digitales, recomendaciones por medidas) hasta la expansión de modelos de negocio circulares, existen muchas vías para que esta tendencia evolucione. La educación del consumidor y la presión por transparencia seguirán siendo forces motrices.
Además, la colaboración entre diseñadores, activistas y comunidades permitirá propuestas más auténticas y útiles. Veremos no solo ropa sin género, sino servicios, experiencias y narrativas que amplíen el significado de vestirse en sociedad. En ese sentido, la moda ungender puede contribuir a sociedades más abiertas y respetuosas con la diversidad.
Ideas prácticas para el sector en los próximos años
Algunas iniciativas concretas que podrían acelerar esta transición incluyen: estándares de tallaje internacional, certificaciones de prácticas inclusivas, programas de formación para diseñadores en diversidad corporal, y políticas de compra pública que premien la producción responsable y no binaria. También es plausible que nuevas empresas tecnológicas ayuden a personalizar prendas a escala, reduciendo desperdicio y mejorando el ajuste.
Lo esencial es que las soluciones no vengan solo del marketing sino de cambios estructurales que hagan viable la moda ungender como opción cotidiana y no solo de nicho.
Conclusión
La moda ungender no es una moda pasajera ni un simple juego estético: es una invitación a repensar cómo hacemos, vendemos y vivimos la ropa en un mundo que reclama más libertad y menos etiquetas. Va más allá del masculino y del femenino porque cuestiona las prácticas, los procesos y las normas que han definido la industria durante décadas; ofrece herramientas prácticas para consumidores y diseñadores, plantea retos reales sobre ética y sostenibilidad y abre la posibilidad de armarios más flexibles y respetuosos con la diversidad humana. Si algo queda claro es que la transformación será colectiva: exige creatividad, responsabilidad y, sobre todo, disposición para escuchar y aprender. Así que, si te apetece, empieza por abrir tu armario con curiosidad y verás que la moda ungender no solo redefine prendas, sino la forma en que nos mostramos y nos relacionamos con los demás.
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